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El rey se puede mover en cualquier dirección, horizontal, vertical o diagonal, pero solamente una casilla, esto es, puede ir a cualquier casilla contigua a la que ocupa como indica las flechas en diagrama de la parte inferior.
Una excepción a esta forma de moverse del rey es la jugada denominada enroque.
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La dama es una pieza muy poderosa, debido a su gran movilidad. Puede moverse en línea recta en todas direcciones, por columnas, filas o diagonales, tantas casillas como se quiera (como indican las flechas en el diagrama que se encuentra en la parte inferior). Es decir, que la dama tiene la capacidad de moverse como torre o como alfil, según convenga.
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Los alfiles se mueven por las diagonales del tablero, en cualquier dirección y tantos cuadros como se quiera, pero siempre en línea recta (como indica las flechas del siguiente diagrama).
Puesto que una diagonal es un conjunto de casillas de igual color, el alfil se desplaza siempre sobre casillas de un mismo color, blancas o negras. Cada bando dispone de dos alfiles: uno de casillas blancas, es decir, que se mueve siempre por casillas blancas, y otro de casillas negras, cuyo movimiento está limitado a las casillas de color negro.
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La torre se desplaza en línea recta por las filas y columnas, tantas casillas como se quiera. Puede avanzar, retroceder o moverse en dirección horizontal, pero siempre en línea recta. El movimiento de la torre queda ilustrado en el siguiente diagrama.
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Cada pieza tiene una peculiar forma de desplazarse sobre el tablero de ajedrez, de manera que todos sus movimientos están sometidos a unas reglas fijas.
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Esta posición se produjo en la partida M. López-Geber (Ginebra, 1994). En ella, con sus piezas perfectamente dispuestas para el ataque, las negras remataron la lucha a su favor, mediante una elegante maniobra combinativa.
