Enviado por Ajedrez Utea el
Análisis del genial Dr. Siegbert Tarrasch Corresponde a una partida entre dos jugadores desconocidos para la mayoría de los aficionados, el Sr. Keltz (Chr.) y el Dr. Epstein, pero debemos inferir que por tratarse de una partida que tuvo lugar dentro del entonces prestigioso Torneo de Nüremberg celebrado en el año 1890, no debió de tratarse de dos jugadores inexpertos.
La posición a la que arribaron es la que se muestra a continuación, correspondiendo jugar al negro: Kelz - Epshtein 0-1.
Aparentemente, y conforme al relato del propio Tarrasch, el Dr. Epstein estaba dispuesto a aceptar tablas cuando aquél, nuestro relator, demostró que las negras podían ganar. No nos queda claro cómo fue factible la intervención de un tercero en una partida viva y, de ser así, imaginamos el disgusto del Sr. Ketz, pero lo cierto es que se trata de una ingeniosa maniobra de las negras para obtener la victoria cuando todo parece encaminado a un empate. Analicemos, por un momento, la posición, siendo el turno de las negras. La única aspiración de las blancas puede ser una propuesta de tablas, porque si bien cuenta con dos peones y la esperanza de su coronación, es claro que las dos piezas del negro se lo impedirán, aún a expensas de sus sacrificios. Visto desde la óptica del negro, si fuese posible capturar los dos peones conservando ambas piezas, entonces podrán dar mate al rey blanco, trabajosamente, es cierto, pero será cuestión de aplicar la técnica que nos enseñara el gran maestro cubano José Raúl Capablanca. Sin embargo, el amenazante peón torre dama de las blancas que pretende hacerse camino hasta la casilla a8 y, como emergiendo de una crisálida, convertirse en dama, sólo puede ser detenido sacrificando el alfil. Entonces, ?cómo pudo el Dr. Siegbert Tarrasch, imaginar una victoria para las negras a partir de esta posición? !Por cierto de una manera muy ingeniosa!
Kelz – Epshtein Nurnberg 1890
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