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En la siguiente partida entre Duckstein - Uhlmann que se muestra en visor PGN, la situación de los peones doblados y aislados es grave. Los peones doblados y aislados suponen una grave debilidad.
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Se conoce como peones débiles a todos aquellos que no pueden ser defendidos por otro peón y por tanto su defensa debe ser encargada a otra pieza, lo que deteriora el potencial de esta última. En esta categoría estarían considerados los peones aislados y los retrasados. Se debe tener muy en cuenta la facilidad que pueda tener el adversario para atacar la supuesta debilidad. Veamos el caso de un peón aislado situado fuera del centro, con lo cual sus aspectos favorables disminuyen notablemente:
En el diagrama de la izquierda el peón negro en c6, aislado y situado en una columna abierta, supone una debilidad en el campo negro que es necesario defender. El plan blanco consiste en acumular piezas contra él, y en principio, las simplificaciones le favorecen, ya que eliminaría posibles contraataques del negro a cambio del peón. A continuación veamos un par de ejemplos que demuestran las dificultades del bando defensor en este tipo de posiciones:
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Sobre la posición que se muestra en el siguiente gráfico, cuando se publicó este problema en Alemania (hace algunos años), docenas de lectores afirmaron que "no tenía solución", mientras que muchos otros eligieron una clave errónea. Así pues, tenga mucho cuidado.
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En la siguiente posición que se muestra en la figura, las blancas tienen una más que evidente ventaja material y profusión de jaques tentadores, pero la única solución correcta radica en una oscura jugada, que a muchos solucionistas les resulta difícil encontrar.
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La posición que se muestra en el siguiente diagrama es un problema asombroso ejemplo de los extraños desequilibrios que pueden coexistir en el tablero. Las blancas tienen dama, torre, dos alfiles, dos caballos y seis peones de ventaja, pero siguen necesitando una cuidadosa elección de la primera jugada para desmontar el problema de Herr Juhe. Olvídese de los dos jaques evidentes de caballo, pues ninguno de ellos sirve.
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En la posición que se observa en el diagrama, las fuerzas negras están dispuestas en forma de provocador signo de interrogación y, en publicaciones previas, muchos lectores telefonearon o escribieron para decir que había un error en la respuesta. De modo que el doble rompecabezas es descubrir tanto la solución como la trampa óptica que contiene.
