Puede decirse que el defensor es como la base de un edificio: cuando fallan los cimientos, la casa se tambalea. Un caso extremo de derrumbe provocado desde la base se presenta en el diagrama de la izquierda.

Un sacrificio es una entrega voluntaria de material que se realiza con algún propósito determinado.
Según el tipo de compensación que se espere, los sacrificios se pueden clasificar en distintos tipos:

Sacrificio para ganar material
Sacrificio para dar mate
Sacrificio defensivo
Sacrificio posicional

Defenderse con un sacrificio

A veces, el sacrificio es la única forma de rechazar las amenazas del contrario, como podemos observar en el diagrama izquierdo.

Sacrificio defensivo en visor PGN

Veamos el diagrama que se observa en sacrificio para ganar material, esta vez con una pequeña modificación: situemos al rey negro en la casilla h8 en vez de g8 (diagrama de la izquierda).
El sacrificio 1.Axe6 ya no es válido. Desde luego, en caso de 1....Cxe6 2.Txd5 la cosa no varía, pero sucede que aquí las negras pueden continuar con 1....Txd1 + y después 2....Cxe6, y las consecuencias habrán sido desastrosas para el blanco.

Deducimos de todo esto que, para calibrar la bondad de un sacrificio, hay que considerar si la réplica tiene o no un carácter forzado.
Antes de efectuar alguna entrega de material conviene preguntarse:

1. La aceptación del sacrificio por parte del contrario, ¿nos reporta ventaja?
2. Dicha aceptación ¿es forzada?
3. De no ser así, ¿dispone el otro jugador de alguna contestación que nos ponga en dificultades?

Su fuerza no se debe a la entrega de material en sí, sino a los efectos que ésta produce cuando se aplica correctamente. Dichos efectos suelen ser de dos tipos:

1.-Distorsionar la posición, actuando bruscamente sobre puntos vitales de la misma.
2.-Provocar una ganancia de tiempos a favor del bando activo.

Del aprovechamiento de uno o de ambos de estos fenómenos, puede surgir una ventaja decisiva. Tomemos el diagrama de la izquierda: